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miércoles, 24 de febrero de 2016

Las intermitencias de la vida


A veces es difícil mantener una postura y no me refiero solo a las del Yoga, sino a las posturas mentales.

Las conjeturas que nos hacemos todos en una determinada situación, o en un contexto determinado e intentamos que esa postura sea firme y valga para cualquier molde....


Pero, ¿os dais cuenta que eso es imposible?
Vivir eso es una constante quimera. No podemos ser la persona que creemos mentalmente ser a cada momento y en cualquier situación "cómo deberíamos", porque creo en el fondo de mi corazón, que cuando dejamos de intentar mantener esa "constante postura incómoda", y dejamos que nuestro cuerpo fluya, nuestra mente fluya, sin ataduras, sin el qué dirán, sin "esto debe ser así", somos más "nosotros".

Ese nosotros que no es quimera, que es real, que es invisible a los demás, pero tan perceptible.
Lo visualizamos mentalmente, lo inhalamos, lo saboreamos en nuestro paladar, lo desciframos en nuestra mirada... esa es la postura perfecta del Yoga!

Ahora sí, intenta mantener la postura de saludar al sol 20 minutos más... a ver si eres capaz.

Porque todo cuesta tanto en la vida, hasta las posturas del yoga. Y cuando no somos capaces (cuando creemos que no somos capaces) nos cuesta más interiorizar esa fuerza dentro de nosotros, la voluntad.
La voluntad de avanzar, de aprender, de crear y de entender. que sí, que sí que podemos. Y
no es un eslogan político, este debería ser el eslogan de tu vida.
Otra cosa es que te levantes un día más tarde de lo normal y tu rutina cambie, tus posturas se moldeen y creas que todo se desmorona.
Tal vez ese día estés siendo tú realmente. Disfrutando de levantarte más tarde de las 9am, tomando el desayuno por más de 30minutos... viendo el sol por tu balcón, decidir que hoy no te maquillas... verte guapa con cualquier camiseta. 
Ese día has cambiado algo... y te has sentido diferente, tal vez e incluso mejor.
No has hecho nada extravagante, ni ilusorio, pero... has disfrutado de un maravilloso día con lo que has querido disfrutar, haciendo lo que te apetecía.
no lo que debías, sino lo que te apetecía, sin sacar el látigo por no haberte levantado a las 6am, ni haber estado 8 horas estudiando, o 4horas en el gimnasio... el sol llamaba desde tu balcón... ¿por qué hacerle esperar?
la vida es una constante luz, a veces se enciende más o menos, depende del enchufe.
Y solo tú puedes encenderlo a tu antojo.
Hasta en los días oscuros, puedes verla (esa luz).