Powered By Blogger

domingo, 19 de marzo de 2017

Mi Yo escondido

Llevo tiempo sin escribir, algo que para mí ha significado tanto durante tantos años, algo que ya forma parte de mí. Es lo único que tengo seguro en mi vida, la escritura, porque sé que escribo bien, que puedo plasmar lo que pienso y siento y que soy consciente de que puedo llegar a transmitirlo y desde luego a plasmarlo de una manera más legible. Es sacar todo lo que hay dentro de mí, extrapolarlo desde dentro hacia fuera y poder verlo con mayor perspectiva.

Estoy en un momento de mi vida en el que he pasado muchísimos retos personales y muchos obstáculos que he sabido sortear. Pero ahora, me vuelvo a encontrar con otro reto en mi vida importante y significativo que no soy (o creo no ser) capaz de solventar. 

Estoy aprendiendo a conocerme a mí misma cada día, pero no, no voy a mentirme. He dejado hace meses de darme importancia en todos los niveles de mi vida. Aprobé las asignaturas de mi tercer año de carrera con notables y me esforcé, aunque no lo suficiente porque sé que podría haberme esforzado más. Hice trampas en un examen de Economía porque no me vi capaz de aprobarlo. Y fue así, no confié plenamente en mí y fui capaz de copiar para no suspender, porque me jugaba la nota, la carrera entera. Entonces supe que quería seguir estudiando Trabajo Social, quería seguir estando en esta carrera, porque sé que mi propósito es ayudar a otras personas, pero, también me dí cuenta que no era suficientemente importante en mi vida, en mi propia vida. No estaba dándome el lugar que me merezco. Pensé que no sería capaz, lo pensé y así pasó. Tiré la toalla antes de tiempo y cuando me vi entre la espada y la pared vinieron todos los miedos de golpe. 
Llevo meses con problemas económicos y queriendo mantener una estabilidad. Tuve que irme del piso donde estaba antes porque me echaron, dejé el trabajo anterior porque no podía más, me oprimía. Necesitaba espacio y tiempo para mí.
Pero en el momento en el que tengo espacio y tiempo para mí, no lo sé aprovechar. 

Me quedo absorta creyendo que no debo invertirlo en mí. No soy capaz de creer en mí.
Después de haber llegado hasta aquí, de romper mis miedos, de dejar las drogas, de dejar relaciones tóxicas, de creer que podría llegar hasta la universidad, es como si todo eso no lo hubiera conseguido yo. Empiezo algo y no soy capaz de acabarlo porque me lo creo asi!! Me creo que no soy capaz.

Ayer que estuve con Silvia, me di cuenta que tengo miedo de comprometerme. Miedo de comprometerme conmigo misma !!!!!!!!

Es que tengo que subrayarlo porque es muy importante. Tengo miedo, me asusta comprometerme conmigo misma y darlo todo y que ese todo no sea suficiente para alcanzar mis propósitos. Es un constante miedo hacia el fracaso absoluto de mi persona. Porque tengo tan interiorizado que no soy capaz, que al final he dejado de intentarlo. 

Por ejemplo, tengo que hacer un trabajo de la carrera, sobre las prácticas de la universidad, en salud mental. Es un tema que me fascina y me gusta, y me siento incapaz  de llevar a cabo una reflexión exhaustiva y un trabajo diario sobre lo que pienso, siento y experimento en las prácticas. Me bloqueo en mis objetivos de las prácticas y estoy perdida. Así me siento.
Además no dejo de pensar en A. y S. Tengo la sensación por la manera en cómo se hablan y cómo él la mira que no dejan de conectarse y yo me siento tan desconectada. Cuando lo conocí hablábamos mucho y conectamos y estábamos a gusto y ahora siento que cuando estoy cerca de él, estoy muy lejos. Y siento que ella esta más cerca de él y que conectan y me siento mal al sentir eso porque siento que ella también se siente atraída por él y no suelo fallar en estas cosas y la percepción de que pueda pasar algo me genera un malestar y una angustia muy profunda que no sé gestionar. 
Cuando pasó lo mismo con él y con P. mantuve la entereza porque fui consciente de que si me alejaba y me quedaba a un bando, me alejaría de todo el grupo y estaba creando y formando un grupo de amigos que no quería perder. Pero ahora me siento desplazada y me siento fuera de lugar, ayer me sentí así, que no encajaba. Mi niña pequeña quería escapar, salir de ahí, no estaba a gusto. O era la que tenía miedo o era la adulta. Ahora no sé. Solo sé que no estaba bien, que no me sentía bien, que estaba como si me hubieran sacado mi estatus dentro del grupo, como si ya no fuera ese centro de atención que yo creía. 
S. Se supone que es mi maestra, la que me ha de enseñar algo de todo esto. Pero, ¿El qué? Tal vez tengo que aprender que no soy el centro de atención de nada ni de nadie. Y que ella es un reflejo también de mis carencias o incluso de mis defectos. Porque hay cosas que no me gustan en ella, y sea sé porque yo también critico, falto a los demás, les resto importancia a su manera de pensar. Intento ser el centro de las conversaciones de un grupo. Me crezco ante la inseguridad de otros. Haciendo esto no le doy la importancia ni la oportunidad de crecer conmigo. A la par, juntas. Ella al ver mi inseguridad se crece, su ego crece, pero nada más !

Al escribir este párrafo me doy cuenta de que es algo importante la actitud que tomo ante esto y el poder reflexionar y analizarlo para verlo, más allá de mi ser, sino en el espejo de alguien. Y eso mismo me ha sucedido hoy; he podido verlo, plasmarlo delante mío. He sido capaz de transmitir a mi alma la necesidad de quietud, de calma y de desahogo cuando me he puesto a escribir y a ver con mis palabras lo que había dentro de mí. Me crezco ante la inseguridad de otros, porque siento que cuando hay alguien que es más inseguro, más tímido, más recatado, más mudo, yo puedo crecer frente a sus miedos, hacerlo más pequeño, me hace a mí más grande.
Pero, ese ego no es positivo, aunque verlo me haga poder cambiarlo. Si en el momento en que estoy siendo consciente de esta actitud, la puedo modificar con mi pensamiento, y actuar de diferente manera, seré capaz de crecer, tendiendo una mano al que tengo al lado para crecer también con él. Y juntos, compartiendo nuestros propios miedos poder solventarlos y saltarlos, de la mano si hace falta.

hay una parte muy grande de mi ser que aún desconozco, mi YO oculto, pero hay otra parte de mi ser que no dejo que la gente sepa o aprecie, mi YO escondido. Ese YO inmenso y lleno de cosas por ofrecer que ha de ser puente hacia el parendizaje mútuo, el mío y el del otro.

Cuando sea capaz de reflexionar contínuamente sobre mis miedos y cazarlos, a la vez que voy conociendo mis fortalezas, seré capaz de ayudar a los demás y ser plena, porque la felicidad irá de la mano conmigo. Habré encontrando mi propósito en la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario