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domingo, 26 de marzo de 2023

Saltar

 Saltar...

Verte a mi lado, tocarte el pelo, mirarte a los ojos.

Qué es saltar?

Escuchar tu risa, aunque no estés cerca, sonreírle al aire.

Besayunarte. Emplear palabras que nunca antes dije.

Compartir nuestro tiempo.

Escribir "nuestro" sin que me tiemble la mano.

Tener miedo y aún así saltar.

Cómo puede alguien ponerle palabras a lo que siente? 

Te busqué a través del impulso, la curiosidad, como la niña que busca debajo de la falda de su madre, un mundo entero, agazapada debajo del mantel de casa, recogiendo el tenedor que se cayó al suelo... y de repente "la curiosad mató al gato".

Te busqué y te encontré. Te quise ver, a través de mi mirada, no de la del otre.

Quise buscarte, quise encontrar respuestas.

Y si... hace 2 años ya me gustabas, me atraías sin comprender por qué y sin saber cuánto. Tampoco pude ni debía indagar más, así que lo aparté de mi mente. Lo cerré en un cajón de miscelania mental, en el que guardo las cosas que nunca dije, los sentimientos que nunca fui capaz de expresar y a Ti.

Y ahora, brota en mí el impulso de romper mis cadenas mentales, de reconocerme en ti, de saber de ti. De repente una energía cómisca, me impulsa hacia a ti, como un imán hacia tu polo opuesto, nos sentimos atraídas, nos encontramos con la magia de la Vida y la energía.

Y  ese mismo impulso, que me lleva a veces, a hacer cosas sin sentido alguno, arriesgadas, absurdas, valientes, ese impulso me hace saltar.

Y salto hacia a ti. 

Y no caigo, siento que he volado y estoy en el otro lado del muro. Abriendo un camino nuevo.

Y me permito abrirme a mí también, cuando preguntas por lo que siento, aunque lo minimice y haga ver que esto que estoy sintiendo no me asusta enormemente, ser vulnerable contigo.

Decirte que me gustas mucho, que cada vez que te beso es como si erupcionaran todos los volcanes que existen.

Que cuando tocas mi piel, se eriza y todas mis terminaciones nerviosas las siento a flor de piel. Me llenas de energía y me haces sentir cosas que hacia tiempo no sentía.

Tengo ganas de escuchar tu voz, sentarme delante de ti y que me expliques cómo te sientes, que me preguntes aunque me asuste, cómo siento yo las cosas.

Que me mires como solo tú sabes mirarme...

Tengo ganas de doblar mis días y las horas, porque no me canso de querer saber más de ti.

Y me gusta sentir que estás en la misma frecuencia que yo.

Que lo cósmico existe, que creamos un pequeño Universo tu y yo. Y ahora solo quiero expandirlo, que entres en mi mundo y yo en el tuyo.

Que el Universo que estamos creando sea compartido por todos los que amamos y todas las cosas que creamos en nuestro pequeño mundo. Que compartamos y dibujemos un camino juntas, que diseñemos algo que valga la pena. 

Que el amor sea siempre nuestra única bandera. Que estar sea igual de importante que SER.

Que nos permitamos esa diferencia.

Y nos elijamos día a día, como hoy.

Porque estoy donde quiero estar.

Y estoy contigo, con quien estar.

Y soy a tu lado, y me permito darte lo que soy.

Y eso es saltar para mí. 

Y salto...


sábado, 18 de marzo de 2023

La palabra mata la cosa

Leí que Lacan expuso que la palabra mata la cosa, esa cosa que es imposible de nombrar, de representar, de desahogar.

A través de la expresión de la palabra, ya sea con otro que la recibe, o en algo sobre la que se plasma, el peso del sentir se descarga.

Que hablar sana, libera todos esos pensamientos que tenemos desordenados en la mente, que generan ideas y falsas creencias de lo exterior, que van diseñando una lógica interpretación de los hechos, sin poder por ello, cuestionárselos.

Que guardarse lo que una está sintiendo no es sano, que las palabras dan forma, contexto, dan espacio para respirar... que la palabra no es prisión, te descarcela de tus emociones y te da grosor, te da pausa, te calma, que esa "cosa" que tienes dentro que te bloquea, te paraliza, te inunda de miedo, necesita salir...

Y cuando estás a punto de poder soltar, llega.

Llega esa "cosa", llamémosle así, un envoltorio de ideas, creencias, pensamientos, emociones no digeridas, esa "cosa" llena de prejuicios, esa cosa que te acelera el corazón, te seca la boca, no te deja tragar saliva, te cuesta respirar, esa cosa que se apodera de tu voz, de tu mensaje.

Tú que tienes una voz potente, que envuelves con ella todo a tu paso, esa voz que ya se ha eregido frente a injusticias, que ha aplacado su tono frente a la violencia, que se ha suavizado frente al amor, que ha luchado a pesar del dolor.

Esa voz que cubre y reconforta, que abraza con su risa contagiosa, esa voz que es solo tuya. Esa voz que ahora, esa "cosa", se ha adueñado de ella, de ella y de tu palabra.

Y la palabra sana decían. Pero la palabra que querías soltar se hace un pensamiento truncado, se hace más grande esa cosa, se alimenta de tu dolor, de tu rabia, de la tristeza de no poder expresarte. Y esa cosa se adueña de la palabra y ahora la palabra no sana, la palabra mata.



domingo, 5 de marzo de 2023

Sol

Cuánta belleza en el mundo, cuántos momentos dejamos perder por el miedo.

Cuánta emoción brota del sonido de tu voz, 

del sonido de la naturaleza.

Cuánta verdad hay en ella...

Cuántos momentos de sosiego y paz cuando la escuchas, cuando te permites apagar el interruptor de tanto ruido, y por fin la oyes.

Es un sonido que te mantiene despierto, te mantiene en el aquí y en el ahora.

Te mantiene y te funde con lo que eres en realidad. Parte de esta pieza de vida, de un instrumento del sonido de la naturaleza.

Tu voz es la llamada a la vida, a la conexión, a las cosas que se crearon desde el amor.

Y qué valiente resuena, en los ecos de este mar, en los ecos de los pueblos, la voz del que pese a todo se mantiene conectado a la tierra, al origen de todo y al sostén de su voz, del amor que brota por dentro y del amor que ensí es.

La quietud del instante que te despierta de esta ilusoria realidad, pues lo real está sumergido entre las aguas, entre el sonido del mar, en la puesta de Sol y el color rojo acre del cielo amaneciendo...

Pues todo en esta vida amanece y renace una y otra vez, solo así somos capaces, mientras nos perdemos, de volver a la quietud, de escucharnos de nuevo, de reencontrar la paz de la vida, los momentos que aunque pequeños, aunque fugaces, nos recuerdan que somos parte de ello, de la vida y de la luz.

Que eso es realmente lo que guardaremos en nuestro corazón.