Powered By Blogger

miércoles, 26 de diciembre de 2018

Vibración a nivel alto

Esta mañana he leído un texto de alguien -lo desconozco-, que me ha interesado mucho ver cómo reflejaba la importancia del sexo en las relaciones sentimentales y vinculantes.
No hablaba del sexo como el placer físico, sino como la conexión con la lotra persona, la fluidez de energía.

¿Cuántas veces nos habremos acostado con alguien para "conectar" y lo único que nos hemos llevado ha sido una mala energia?, ¿O una desconexión con nosotros mismos?
El texto hacia referencia a la energía que transmitimos mediante el sexo. Al ser una energía bidireccional, tanto la otra persona como tú, os vinculáis en esa frecuencia vibratoria, pero puede que tu frecuencia sea baja y acabes generando una energía baja o atrayendo una frecuencia baja de la otra persona. Así pues, a veces la relación sexual acaba siendo una transmisión de energía negativa que acaba por perjudicarnos, más que beneficiarnos.

Tenemos un potencial sexual brutal, pero fallamos al escoger con quién vibrarlo, tal vez porque nos conformamos o estamos en una línea de nuestra vida en la que no confluye encontrar a esa persona que nos haga vibrar más alto, la sintonía de nuestro ser...

viernes, 26 de octubre de 2018

Reflexión interna, expresión externa

Muchas veces cuando uno comienza a reflexionar sobre su estado actual cuesta ponerle nombre y apellidos a esos pensamientos, a esas emociones que a veces nos invaden. Es necesario por ello, parar, centrarse de nuevo en una misma y preguntarse: ¿Estás bien?
Nos gustaría que ese "estás bien", fuera de alguien de nuestro entorno o de cualquier desconocido que nos preste un poco de atención, pero la respuesta tiene que dar sentido y valor también a cómo estamos y eso solo podemos hacerlo nosotras mismas.
Estos días ando removida precisamente por heridas abiertas o semiabiertas, esas que crees que ya han cicatrizado pero que resurgen. No es tanto la herida en sí, como algo del presente que te recuerda a tu pasado.
Anclar el pasado no es bueno, desde luego si es pasado ya está más que enterrado... pero nuestro presente vive condicionado en muchas ocasiones por lo que vivimos en nuestro pasado, por cómo actuamos, cómo lo hemos gestionado y cómo lo hemos superado.

Así pues, también es importante que cuando tengamos una situación actual o una persona nueva en nuestras vidas, podamos diferenciar lo que nos transmite esa persona, ese lugar o esa situación y no lo que nos hace recordar.
Los recuerdos son bonitos, a veces, otras veces dolorosos, son aprendizajes al fin y al cabo.
La importancia de tener recuerdos nos hace sentirnos vivos, nos hace experimentar cosas nuevas, aprender más de nosotras mismas.
El recuerdo es ese sonido en nuestra cabeza cuando cerramos los ojos que hace que regresemos al pasado, que olvidemos el presente por un instante y bailemos con nuestros fantamas.

Yo cuando cierro los ojos dejo a mi imaginación volar, e incluso ella misma viaja hacia el pasado, lo reconstruye, lo imagina de nuevo, me crea nuevos recuerdos.

Esa misma imaginación puede proyectarnos hacia el futuro, pero desde luego no va a eliminar de nosotros todo lo que ya hemos vivido...

Esa incertidumbre de no poder agarrar nada, ni tan siquiera nuestro presente es permeable... te cala muy dentro de ti.

Nos han enseñado que el autocontrol es necesario en nuestras vidas, para poder controlar tu presente y tu futuro, hasta para poder controlar tu pasado, lo que puedes decir y lo que no de él.

Pero no nos enseñaron que perder el control también es bueno, que retarnos a nosotras mismas es sano, que buscar nuestro límite es enriquecedor.

Una vive en la constante de que su vida ha de ser de una determinada manera porque así lo dicen los demas, así lo dice tu madre, así lo dice tu amiga, así lo dice tu profesor, así lo dice la "sociedad".

Lo que no te dicen es que uno ha de vivir como se sienta más a gusto y en paz consigo misma.
Esto choca, choca con las creencias que tenemos de la vida, de las expectativas del mañana, de cómo ha de ser una vida estructurada para ser feliz completamente.

La vida ya es completa de por sí, nosotras nos intentamos comparar con ella para llegar a ser completas también, completamente feliz, con autocontrol, con el trabajo perfecto, la pareja perfecta, las amigas perfectas, etc... pero es que nosotras no somos perfectas, ya entramos dentro de la vida por sí misma, y ella ya lo es ensí misma.

Así pues, cuando nos sentimos imperfectos, no acordes con nuestro ser, o "desequilibrados", no es tanto por lo que tenemos fuera, si no por lo que no acabamos de ver o de aceptar desde dentro.

Ejemplo para no divagar tanto. Yo el otro día sentí rechazo de un hombre. No me dijo nada, ni me miró y quería que me hablara, sentirme que le atraigo o que tiene interés en mí.
Como no lo conseguí, me frustré y eso generó en mí que el rechazo que yo sentí los traspasé a mi alrededor.

Hasta que alguien me dijo "ei! ¿qué te pasa? ¿estás bien? y ahí reaccioné.
La diferencia de somatizar mis emociones y de darle más valor a lo externo que a lo interno, radica en esa sencilla pregunta. ¿estás bien?

El día que podamos hacerla y podamos contestarnos a nosotras mismas, nos daremos ese valor que tanto anhelamos ver en el otro.

miércoles, 22 de agosto de 2018

Aborto

Empiezo este post con algo que no he podido digerir aún y creo que ha marcado cómo me estoy sintiendo ahora mismo. Hace un año que aborté, hace un año que tomé una decisión difícil para mí pero necesaria. Y sigo teniendo sentimientos encontrados, llevo una semana muy mala, pero no sé si es un acúmulo de cosas o es el acúmulo de emociones que se han anidado en mí por no saber y no ser capaz de gestionarlas.
No sé ni cómo seguir escribiendo. Siempre enfoco mis problemas en lo externo, en los hombres, en las relaciones sexuales, en las relaciones personales, pero el núcleo de todo ello soy yo, mi actitud, mi manera de ser, mi manera de actuar y de tratar, mi manera de expresar cómo me siento.
Estos meses me di cuenta que me utilizo constantemente para que ellos estén pendientes de mi, para que me amen, me deseen, mi vía es el sexo, mi arma es mi sexualidad, mi cuerpo....  Y me dejo llevar por ese pensamiento y ese credo de que lo que yo valgo depende de esa atracción sexual. Y nadie espera nada más de mí. Me vendo al mejor postor, y ellos lo saben y cuando son capaces de decirmelo, esa verdad aplastante me ofende, porque no se digerirla y me cala tan hondo que acaba mermando la poca autoestima que tengo aún en pie, firme y trabajada durante estos años. Es eso lo que le esperaba a ese bebé? A mí bebe? Una madre llena de inseguridad y de miedo, de incertidumbre y de ansiedad? Qué podría yo enseñarle a ese bebé? El miedo que me da que pueda querer tanto a alguien que pueda llegar a perder?
Hace dos meses decidí que no quería conocer a una persona mediante el sexo, quería conocer a una persona que realmente se interesara por mi, por mi manera de ser, por mi mente, pero he vuelto a cometer los mismos errores que siempre, me genero unas expectativas que son ilusorias y que no me llevan a ningún sitio, porque todo está dentro de mi cabeza y no dejo que las cosas fluyan, no dejo que yo fluya, soy una constante situación cíclica dentro de mi, como una lavadora con el botón de centrifugado automático, constante....
Conocí a un chico, y lo volví a hacer, me descentré de mí misma y me acosté con él aún a sabiendas que eso no era lo que yo quería, porque yo quería desnudarme el alma con alguien, no el cuerpo. Pero aún no he descubierto cómo hacer eso sin sentirme débil o frágil o usada o violada.
Y no es que los demás me utilicen sino más bien que yo me dejo usar, como también uso a los demás, los utilizo cuando a mí me convienen y acabo generando relaciones de interés y conveniencia. Relaciones de dependencia mútua. Por lo tanto, ¿cómo puedo ser capaz de respetar a los demás y de tenerlos en consideración si soy la primera que los trata como "cosas"?
Cuando pasó todo lo de A. y todo me refiero a su situación legal, a nuestra relación, sé en el fondo de todo, que yo quería quedarme embarazada porque veía que era la posibilidad más cercana de formar una familia, de contenerlo a mi lado, resultó que cuando me cegué tanto por él, no fui consciente de que lo que hacia, podía perjudicarnos a ambos, no estábamos preparados ninguno de los dos, yo fui la culpable de quedarme embarazada, y fui yo la que pudo haber optado por protegerser y no haber tenido que pasar por todo el proceso de la decisión de abortar.
Lo que analizo después de un año es, ¿Por qué dejé que pasara? porque en el fondo sabía que una decisión como la de ser padres no se toma a la ligera y él no iba a querer tener un hijo conmigo y más cuando acabábamos de conocernos apenas un mes... era ridículo.
Pero yo fantaseaba con la idea de ser madre y formar una familia, sin tener apenas una relación consolidada y sin apenas conocernos. Creí que ese cuento de hadas fantástico en mi mente podía hacerse realidad chasqueando los dedos. Lo que la realidad fue más brusca y cuando me di cuenta de que estaba embarazada, todos mis miedos e inseguridades vinieron de golpe.
Todos los reproches que le hice a mi madre, las viviencias personales con mi padre, ¿qué sería de aquel bebé si algún día nos separábamos? ¿y si a él lo extraditaban?. Yo no tenía una vivienda, ni un trabajo fijo, ¿Cómo iba a mantener a ese bebé? por mucha ayuda familiar que tuviera, estaba utilizando los mismos patrones familiares de los que huía desde pequeña. No me quería parecer a mi madre, ni quería un padre ausente.
Me dio tanto miedo, tantísimo miedo no estar a la altura de ese bebé, de sus anhelos, de sus deseos, de sus necesidades; alguien que dependía de mí totalmente, que su vida dependía de mí...
Llevaba 3 meses embarazada y no lo sabía, no lo sabía.
Y tuve que tomar la decisión más difícil de mi vida en apenas 10 días, sin saber qué iba a hacer, cómo me iba a sentir luego y si algún día, llegaría a arrepentirme.
hace poco escuché, y no ha sido la primera vez qué, hay oportunidades que solo suceden una vez en la vida.
Hay muchos días que me arrepiento de la decisión que tomé pese a ser consciente de que fue la correcta en ese momento, porque pienso que mi vida hubiera dado un giro de 360º, aunque aún no sé si para mejor o para peor.
Me arrepiento de haber sido tan egoísta y de haber tenido que desprenderme de algo que era parte de mí, un trozo de mi ser. Pero, ¿Y si hubiera sido infeliz? ¿Y si todo me hubiera sobrepasado y le hubiera dado una vida que no se merecía ese bebé?
Sé que lamentarme de una decisión que no tiene marcha atrás es absurdo, pero necesito contestarme a estas preguntas y cerrar esta etapa de mi vida, igual que cerré la de A. Porque abortar ha mermado en mí y tengo que averiguar qué es lo que ha removido en mí que no quiero ver...
Quiero ser madre. Ser madre va a suponer implicarme de una manera altruista y desinteresada en otra persona y asegurarme de su bienestar y protegerle toda mi vida, significa que hay un ser más importante en mi vida que yo misma, significa relegarme a un segundo plano y enfocar mi amor en ese ser.
Para mí, ser madre es traspasar esa fortaleza y energía de madre a hij@.
Y siento que aún no estoy preparada y siento también que nadie hoy por hoy, quiere formar esa familia a mi lado y eso me asusta todavía más.
Porque eso significa traspasar, traspasar esa parte de mi que me asusta y me aleja de los demás, esa parte mi YO escondido que tanto miedo me da.
Es comprometerme conmigo misma y con el otro. Sin juzgar, sin vejar, sin humillar.

Formar un vínculo con la otra persona, intimar, desnudarme por completo.
Y eso me asusta.
Me asusta porque intimar supone para mí ser transparente, es despojarte de todas tus caretas, de tus barreras mentales, es que la otra persona te conozca realmente, con tu cara desmaquillada, con tu mal humor, con tus incongruencias, con tus salidas de tono, con tus ganas de llamar la atención, con tu ridículo, con tu peculiar manera de combinar, con tu forma de bailar, con tu manera de expresarte, con tus manías, con tus defectos, con esas partes de ti misma que odias y detestas! y con todo lo que aún ni tan siquiera sabes de ti misma; de tus sueños, de tus proyectos, de tu fortaleza... y que después de todo eso, siga creyendo en ti.







viernes, 5 de enero de 2018

la aceptación

Después de 9 meses sin escribir, el último post ha sido justamente el día que te conocí.
Y han pasado muchísimas cosas y no quiero empezar con reproches ni escribiendo todas esas situaciones... solo quiero darme cuenta de por qué hubo un momento en el que pude llegar a conectar contigo y pude llegar a enamorarme de ti y a querer formar una familia contigo.

No puedo llegar a saber lo que piensas o sientes en este preciso momento o en estos meses, esto es algo tan personal que a veces hasta uno mismo puede llegar a dudar de lo que siente.

Pero después de tu llamada me has vuelto a remover cosas... estos días me han pasado muchas cosas, cosas muy buenas y llenas de amor y cariño, de la gente de mi entorno y soy feliz.
Y me siento bien conmigo misma. Pero, tengo ese huquecito en mi corazón que siente un poco de dolor o un poco de tristeza por no saber hacerlo mejor.
Pero no quiero reprocharme nada, simplemente ser consciente, consciente de cómo expreso lo que siento y cómo me comporto.

El último día que te vi yo estaba muy mal, por eso me emborraché, porque te vi y me di cuenta que no estabas enamorado de mí y sentí como si me clavaran un cuchillo en medio del corazón. Sentía tanto dolor que no quería sentir nada...

Pero no todo ha sido así.

Te he tratado mal en varias ocasiones y te he gritado y tú mismo has visto esos comportamientos y aún así has intentado seguir a mi lado. Pero es verdad, he sido yo quien te ha alejado, nadie se merece eso.

Te he querido mal, es verdad.
Cuando quieres a alguien ha de ser de una manera incondicional, y quererlo por encima de todo, quererlo bien, aceptarlo, cuidarlo y mimarlo.

Sé que he cometido errores pero también he querido ayudarte y cuidarte.
Muchas veces por no saber expresar cómo me sentía he preferido el enfrentamiento... y no me gusta esa persona que era contigo.

Tal vez soy así siempre, pero luego veo tantas cosas buenas en mí y no me gusta que los demás no puedan llegar a verlas.
Y no sé si seré capaz algún día de que alguien me quiera tanto y lo suficiente como para quedarse a mi lado pese a todo.
Necesitaba más amor para abrirme y más incondicionalidad.
Tengo mis propios miedos enquistados del pasado y he vivido tantos años inmersa en esos miedos y esas inseguridades que me cuesta salir de ellas. Y el problema es que cuando soy consciente de ello sufro el doble porque así alejo a las personas que quiero y no ven esa maravillosa persona que soy.
Y veo tantas cosas en ti que quiero y que necesito en mi vida, pero que no soy capaz de transmitir.
Y no puedo tampoco seguir con alguien que sé que tampoco es feliz a mi lado.
Pero contigo, no sé si dentro de unos años o de unos meses conoceré a alguien y todo será distinto o es lo típico que se suele decir, pero no había sentido nada igual por nadie. Por eso ese amor tan grande que siento se convierte en igual medida a un dolor tan grande sin ti.

Pero sé que has sacado cosas bonitas dentro de mí que me costaba mucho sacar con alguien, has sacado lo mejor y lo peor, pero sobretodo lo mejor, porque he sentido tu amor y tu cariño que tanto necesitaba en mi vida.
Y no hay ni un sólo día que haya dejado de quererte ni de pensar en ti.
Porque sé que pese a todo, teníamos algo especial que seguramente con el tiempo se ha ido marchitando como tú bien me has dicho.

Y no te odio ni mucho menos, pero te he querido tanto, has sido la persona que más he querido en mi vida, y ahora mismo, siento que te he hecho daño a ti y a mí, a los dos. Porque no he sabido cómo mantenerte a mi lado.
Pero todo sucede por algo y sé que gracias a ti he aprendido mucho más sobre mi porque estos meses has sido mi espejo.
Ahora en perspectiva he visto cómo me trataba yo,  tratándote a ti.
Es así de simple, me he dejado de lado.
¿Por qué? Por miedos e inseguridades infundadas seguramente.
Me cuesta confiar en la otra persona porque me cuesta confiar en mí misma. Me cuesta creer en mí y supongo que eso lo traspaso.
No es que al principio haya sido de una manera y luego de otra, es que al principio quería que vieras lo que realmente me hacías sentir, al principio te llenas de ganas e ilusión y el amor es como que fluye pero también es bidireccional, por eso hablo por mi parte, no quiero poner palabras tuyas aquí o creencias mías sobre lo que tú pensabas o sentías. Pero también es verdad que al principio me costó mucho lanzarme porque no estaba segura de nada... pero me gustaba tu manera de ser y me sigue gustando y supongo que poco a poco me fui enamorando más de ti. Y sé que lo que sentía era real porque tu tambien lo sentias y se te veia en la cara! Aunque es verdad que lo luego dejé de esforzarme en compartir cosas contigo, en salir más, en conocer tu entorno, sé que dejé de implicarme contigo y mimar la relación, y debería haberme esforzado más en compartir cosas contigo y buscar más momentos íntimos.

Yo siempre te exigía más cosas y más cosas, pero yo no te las estaba dando.

Y joder, reconocer todo esto, me duele un poco pero es que es la verdad! Soy culpable también de que la relación fallara, con lo bonito que teníamos, me duele no haberte demostrado más cada día y cada mes todo lo mucho que te quería y todo lo que me llegabas a importar.
Siento si no te he querido como te merecías y siento si no te he tratado como te merecías.
El amor debería de ser más sencillo y más simple, el problema es que yo lo complico todo.

Solo quiero que sepas que cambié porque yo estaba confusa y me asustaba que te fueras, que nunca volviera a verte, que dejaras de quererme si me conocías realmente, que no aceptaras todo lo bueno y lo malo de mí.
Nada de esto tiene una lógica, pero muchas veces el amor no es lógico. Sucede y ya.
Tal vez yo simplemente soy así y no cambiaré. Pero no quiero pensar así, porque después de tantos años he mejorado mucho en mi autoestima, en mi manera de ver la vida, en mi trato con los demás, no soy tan impulsiva pero a veces me desvío de ese centro que soy yo y me cuesta centrarme en mi y me vuelven esos miedos y esas inseguridades. Y me siento fatal por tratar mal a la gente porque a mí me han tratado mal y no me gusta, me he sentido inferior y me he sentido un cero a la izquierdo, he sentido que no valía nada, me he sentido pequeña y muchas más cosas... gracias a dios ya no soy así, sé que he crecido y que soy una mujer distinta a la que era, y en ese afán de que la otra persona me vea así, me dejó llevar sin darme cuenta que lo primero que he de hacer es comprometerme conmigo misma precisamente en aceptarme a mí.
Y ahora me doy cuenta de que he sido una egoísta contigo, porque no he dejado que fueras tú, en tu esencia, esa persona de la que me enamoré debías de ser tu y enseñarmela en todas tus facetas y te he censurado por miedo a perderte.
Y eso no es amor.

Solo espero que realmente encuentres a alguien que te quiera por encima de todo y que te valore y te respete y te cuide.

Y ojalá te conviertas en ese maravilloso hombre que veo detrás de esos ojos.

Es algo que quería que sintieras, sin reproches, sin gritos ni discusiones, con total honestidad y con todo mi amor.