Distancia

El otro día pensé en ti... pensé en ti como hacía tiempo, cuando éramos amigas o yo lo sentía así.

Sé que hice las cosas mal, porque no supe sostener una situación y no supe estar explicando cómo me sentía y dando la oportunidad al otro de expresarse, pero luego conforme pasaron los meses, me di cuenta que debía de pasar para darme cuenta de lo importante que es invertir mi tiempo y mi espacio personal con personas que sepan cómo soy y me amen tal cual y que sea recíproco, que encuentre en esa amistad una amplitud, una manera de ser con la que compartir y no coartarme, ser yo misma y que la otra lo sea, poder reír y llorar y poder sentirme libre y vulnerable a su lado sin tener que sentir que lleva una armadura emocional constantemente. Me costó mucho que te abrieras a mí, y explicarme cosas de ti... entiendo que lo hicimos mal y la verdad te aprecio por eso estoy dolida y por eso ya no formas parte de mi vida...

Pero quiero que sepas, que pase lo que pase con M, es un tema energético, que ha fluído con el tiempo y que no está siendo forzado, creo que a veces las personas nos hacen de puente.

Hay personas puente sí. Personas que te marcan un camino, que te ayudan a recorrerlo, que te enseñan partes oscuras de ti misma y te abren otros caminos, senderos y personas.

Porque la persona puente también traza un reguero de experiencias, de situaciones, de conexiones energéticas con las personas de su alrededor y a veces, se crea la magia.

Durante ese sendero conoces a personas que no son puente, que son personas que no solo te acompañan en el camino, lo diseñan y le dan más color, también te cuestionan, te aman y te sostienen.  Marian Rojas las llama personas vitaminas, yo las llamo personas META.

Porque esas personas mimetizan contigo,