Quiero escribir desde hace días y cuando empiezo a abrir el blog y veo que quiero modificar el diseño del mismo me tiro como 2 horas haciéndolo, para al final acabar por recuperar el diseño básico, modificando un par de cosas.
Vamos, que llevo dos horas sentada delante de este ordenador, averiguando si después de ese tiempo me gustaba más el diseño que he modificado trescientas veces o el primero de todos, el que hice cuando diseñé este blog y que me surgió y fluyó sin más.
Conclusión, a veces resulta más agotador rediseñar algo que mantenerlo.
Pero me ha ido bien, porque me he dado cuenta que al acostumbrarme al otro diseño no había modificado ciertas cosas de mi blog, como el diseño de la letra, o los colores que quería hacía tiempo cambiar.
A veces, es necesario cambiar, aunque el resultado no sea el que tu esperabas, seguro que habrás aprendido algo nuevo.
Así que después de mi nuevo diseño, quiero una nueva entrada de blog. Y quiero hablaros precisamente de eso, de los cambios, tan necesarios en nuestras vidas y a veces cuánto nos cuesta hacerlos.
Desde que comencé a escribir este blog, me di cuenta que era algo que necesitaba, pero no lo supe percibir hasta que empezó a darme ese gusanillo constante de querer actualizar entradas nuevas.
Porque siempre me ha gustado escribir y siempre lo había utilizado como una herramienta en los días en los que una se encuentra un poco más perdida.
Igual no tenía una persona con la que poder expresar mis ideas delirantes en ese momento, pero al escribirlas y plasmarlas en papel siempre sentía un alivio... y eso es lo que me pasa cuando pienso en cientos de cosas y puedo escribirlas aquí.
Es una terapia que llevo usando durante muchísimos años, pero a la vez me di cuenta que tal vez con mis palabras podría ayudar a otras personas también a aliviarse, a tranquilizarse al pensar que hay otras personas que sienten o piensen igual que una misma, que también tienen miedos e inquietudes, que les apasiona escribir y que no hace falta tampoco ser una profesional para hacer lo que te gusta.
Yo llevo escribiendo desde hace muchísimos años, desde que tengo uso de razón y tuve un bolígrafo y una libreta, no recuerdo momentos en mi vida importantes que no hayan sido plasmados en una hoja.
Hay personas que son muy hábiles con las palabras, que transforman una idea y la hacen crecer de una manera maravillosa, creando personajes, historias cotidianas, relatos cortos, largos, que te traspasan, te marcan.
Nunca he llegado a plantearme escribir un libro, creo que hay que dedicarle mucho tiempo y mucho cuidado en cada capítulo, pero si que es verdad que siempre me ha apasionado la poesía, los relatos cortos o los micro cuentos me parecen fascinantes porque soy una persona de alargar mucho todo, las palabras y adornar las frases y darles mil vueltas. por eso me resultaría complicado tal vez encuadrar una historia, pero con la poesía me resulta algo fugaz.
Escribo, lo suelto, lo impregno y fluye.
Dicen que los escritores estamos un poco locos, pero yo solo encuentro la cordura cuando escribo.
Ahora bien, como podréis comprobar vuelvo a irme por las ramas, resulta que siempre me pasa, quiero explicar tantas cosas que todas se mezclan, pero volvamos al punto de partida.
El colapso mental.
Ese momento en el que has de parar la mente porque no sabes si avanzar, retrasar o pararte.
Pues hay que frenar.
Cuando frenas, respiras, vuelves a tomar conciencia de ti y de todo lo que te rodea.
Eso es lo que me había sucedido hace un par de horas. Ahora que mi objetivo era escribir una entrada de blog, veo que la cosa va fluyendo. Porque no tenía ni la menor idea de qué escribir, solo sabía que he acabado un libro que me ha encantado, que tengo proyectos personales y que tenía muchas ganas de contarlos.
El libro que me ha dado tanta satisfacción se llama "Come, Reza y Ama".
Es un libro que han dividido en 3 partes, y cada una de ellas te enseña un destino y una serie de situaciones. lo que más me ha llamado la atención es lo identificada que me he sentido con la protagonista, una mujer de 30 años, con "colapso mental", que se va a descubrirse a sí misma, lejos de su país, a encontrarse y a recuperar todo lo que ha perdido por el camino, despojándose de ataduras, de relaciones tóxicas y dependencias que lo único que hacían era bloquearla y mantenerla parada.
Lo curioso del asunto es que lo primero que descubres con el libro es lo importante que resulta estar sana físicamente, porque aveces aunque una haga el esfuerzo por cuidarse y arreglarse, la fachada es más cuestión de cambios fisiológicos y biológicos. por mucho que una se maquille y se compre ropa nueva, si no cuida su alimentación, no avanzamos.
Luego el deporte que siempre es algo necesario y fundamental para estar bien con tu físico. Y apartir de ese equilibrio físico, es cuando empieza a moldearse ese equilibrio espiritual.
Yo nunca he sido re rezar, y creo que la Fe es más una percepción de tu propio YO.
Es decir, no creo en las religiones ni en los dogmas, pero creo en la fortaleza de creer en una misma. De tener Fe en ti y luchar por conseguir tus metas.
Y este libro del que os comento precisamente me gusta por eso, porque da protagonismo a toda esas pequeñas fases tan necesarias en la vida y que no has de saltarte.
Porque, si quieres volver a enamorarte, lo primero que has de hacer es enamorarte de ti misma.
es imposible que enmedio de un "colapso mental" en el que no sabes ni hacia dónde ir, aparezca la persona perfecta y adecuada para ti.
y le doy imprtancia a ello porque creo que es importante amarnos y amar. Al fin y al cabo, sin amor esta vida no tendría mucho sentido.
Y no me refiero a amar a alguien como pareja sentimental, sino amarlo todo.
Empezando por una misma, por las cosas que te gusta hacer y las personas de tu alrededor.
Yo muchas veces empiezo las relaciones al final, en vez del principio. Es algo caótico, es como comerte primero el postre y acabar por el primer plato.
El problema resulta cuando solo quieres comerte los postres constantemente y no hay espacio ya para el primero plato.
Si las relaciones personales fueran así, solo viviríamos en el constante ir y venir de fugaces instantes de pasión, de lujuría y se acabarían.
Una relación es algo más que todo ello.
Así pues, hay que enamorarse de una misma. Mirarte al espejo y verte preciosa recién levantada, alborotada, cuando sales de trabajar exhausta, cuando caminas sola por la calle o hablas con alguien.
Esos pequeños gestos y detalles que te enamoran son los que al fin y al cabo atraen a los demás.
Pero claro, si una misma no los puede ver, difícilmente los podrán ver otras personas.
Lo que sí me resulta fascinante son esas personas que tienen la magia de enamorar una y otra vez. Personas que siempre las ves con parejas, que mantienen unos lazos bonitos pese a pasar luego por una ruptura.
Yo es que cuando rompo con una persona me pasa eso, que se rompe todo, lo corto por lo sano. Supongo que resulta a veces más fácil para olvidarla, aunque en el fondo lo importante es aprender algo de todo ello.
Todo el mundo te enseña algo en esta vida, y las relaciones personales son fundamentales para tu propio crecimiento personal.
Aunque también he de decir que muchas veces una necesita estar sola. Sola en el sentido estricto de la palabra. Un espacio para ti, para tus proyectos personales.
Cada vez te resulta más placentero estar a solas contigo misma y darte cuenta del tiempo que inviertes en los demás y en ti.
A mí me encanta estar sola, me gusta estar conmigo misma y cada vez me resulta menos gratificante en muchos momentos estar rodeada de personas, solo por el simple mero hecho de "estar", o por no estar sola, de socializarte porque "es lo que toca".
Creo que una ha de aprender a disfrutar de la vida sin la necesidad de depender constantemente de los demás.
Conocer gente siempre va a ser algo positivo en nuestras vidas, pero delegar en los demás tu tiempo, es desperdiciar valiosos momentos de autoconomiento.
Muchas veces nos enfrascamos en conversaciones vanales o situaciones que no nos aportan nada por el simple miedo de estar solos.
Obviamente estar o no estar sola siempre ha de ser una opción, no una imposición.
pero yo creo que cuando una se centra en sí misma y en sus proyectos, todo va fluyendo de manera más armoniosa.
Yo ahora que estoy más centrada en mi vida, en mis estudios, en estar bien físicamente, en mi autoconcepto, en centrarme en mí, no tengo tiempo de enamorarme, la verdad.
No es mi momento. porque todo me resulta demasiado frío, y yo soy una persona muy emocional y romántica. Y quiero emoción en mi vida. Así que he decidido dármela yo esa emoción y deleitarme con mi propio amor.
Y si llega la persona, ya llegará. Y si no llega, no hay problema porque hay tantas personas a las que expandir mi amor que eso da más que de sobras.
Así pues, en este post os invito a incluír en vuestro repertorio matutino de rutinas el "autoenamoraros".
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